Versátil.es, III Festival de la Palabra.
11, 12 y 13 de Marzo de 2008.
La sabiduría de Juan Manuel Rodríguez Tobal. La ternura de Beatriz Hernanz. La franqueza de Javier Fernández. La rotundidad de Ariadna G. García. La intensidad de Alfredo Saldaña. La fuerza de Pablo García Casado. La magia de Ada Salas. La humildad de Ana Isabel Conejo. La cercanía de Esperanza Ortega. La voz de Julieta Valero. El misticismo de Eduardo Fraile. El cariño de Fernando Beltrán. Los naufragios de Jesús Aguado. La vida de Karmelo Iribarren. El saber estar de Almudena, Eclipse. La expresividad de Sofía, Hesperya. El arte de Casilda, Arañados Signos. El carisma de Javi. El buen humor de Pedro. La sonrisa eterna de Celia.
Comencemos por el final y el final nos llevará al principio. Entonces, ¿si hay armonía no hay poesía? Denunciar y transformar. ¿En qué sitio? Margen como frontera, riesgo, comercio. ¡Sabina poeta! ¡Y Zinedine Zidane! La poesía es vivir en la realidad y contra la realidad. Los poetas tienden a quejarse. No es bueno escuchar los poemas con dirección asistida. La Poesía es el arte de la Mirada. Que la ternura no sea propicia cuando la palabra ya es inútil. El poeta es un fingidor, pero eso ya lo sabíamos. Mis párpados son mis últimas palabras. La poesía es una pregunta más que una respuesta. Vivir es aprender a perder. Nada nace de mí que no me asombre. Vivir se reduce a esquivar los sueños.
Cada Versátil.es que pasa lo pienso inmejorable. Hasta que llega el siguiente. Entonces una se mide entre la nostalgia del anterior y la sorpresa del que está viviendo. Y no sabe con qué quedarse, porque no puede deshacerse de ninguna de las dos cosas, claro. Me quedo con la sensación de equipo; con el orgullo de ser una pieza más de COLMO y el trabajo bien hecho; con dos chaquetas iguales; con un reencuentro delicioso; con una cena china; con una mirada cómplice de verso de regalo; con una salsa con sabor a periodista; con complicidades y complicaciones entre humo y oporto; con una invitación al mar; con un cachito de copla al oído; con una conver sobre la decepción y la tristeza; con un libro dedicado y otro de regalo; con un abrazo azul; con una despedida dura y sabia; con una clausura de nudos; con una partida terrible que no llegó a ser endecasílabo; con dos besos de buenas noches; con la alegría de descubrir a otra vecina; con la tranquilidad de que somos buenos (de 'bondad', no de 'talento', aunque también, qué demonios); con una escala de grises a estrenar; con la humildad, la ilusión, la no-desconfianza, la Magia y otras muchas cosas; con el alma grande. Me quedo con todos vosotros y también contigo; pero eso sí, me quedo, siempre, con la Poesía.
Hasta el año que viene.
d.